10 consejos para cuidar la piel de tu cara

Me acerqué al consultorio de Vachu Busso, @v.bskin, cosmetóloga creativa y artista de la piel, para aprender sobre el cuidado facial. Me llevé una sorpresa con los tips que me dejó, que lejos están de los 15 pasos de cremas y exfoliantes con los que suelo frustrarme en casa.

Si le tuviéramos que poner una etiqueta a Vachu, diríamos que es cosmetóloga creativa. Vachu ha transitado un camino profundo en el mundo de los tratamientos cosmetológicos y estudiado diferentes técnicas; y hoy se dedica al cuidado de la piel como una verdadera artista.

Combina diferentes tratamientos estéticos y terapéuticos, como exfoliaciones con punta de diamante, vapor ozono con aromaterapia, varios tipos de masajes faciales, y una hermosa filosofía de belleza que nos convoca a entender nuestra cara y nuestro cuerpo de otra manera.

Me acerqué a su consultorio para experimentar sus rituales faciales y salí con el alma-piel renovada. Charlar con ella me hizo replantearme un montón de cuestiones respecto de mis rituales de bienestar y aprender sobre lo que es realmente importante al momento de cuidar la piel de mi cara. Contame qué te parecen estos consejos by @v.bskin y si te resuenan tanto como a mí.

10 TIPS PARA TENER EN CUENTA AL MOMENTO DEL CUIDADO FACIAL

1) Masajitos

La cara tiene más de 40 músculos, y está conectada con los huesos del cuello y el cráneo. Y, si están tensionados, se ve en el rostro. Por eso, los masajes faciales son infaltables en los tratamientos de Vachu (después de ellos se han inventado expresiones como: “Me siento meditada” o “espumosa”).

Así nos explica cómo practicarlos en casa de manera muy simple: “Antes de ir a dormir, colocás un par de gotitas de aceite de jojoba en las manos y las llevás a tu cara y dejás que tu intuición te diga dónde tocar, masajear y relajar. También podés hacer movimientos ascendentes y circulares, alrededor de la mandíbula. La única indicación: si duele, no es por ahí.

Los masajes mejoran la circulación sanguínea, drenan y eliminan toxinas, mejoran la elasticidad de la piel y liberan la tensión acumulada. Y ni hablar si tenés bruxismo: ayudan muchísimo a aliviar los síntomas”.

2) Identificá tu tipo de piel

Es clave para saber qué productos usar. Le podés hacer mucho daño a tu piel si utilizás los que no son para la tuya. Acá va mini guía:

Piel normal o balanceada: textura suave, lisa y aterciopelada. Poros finos, sin impurezas y buena circulación sanguínea de tono uniforme y rosado.
Pieles secas: textura rugosa, se siente tensa, fina, sin brillo y opaca. De color mate, los poros poco visibles y con tendencia a agrietarse y arrugarse.
Pieles grasas: textura engrosada, húmeda y oleosa, mayor tendencia al acné y las impurezas.Visiblemente brillante y con poros visibles. No se arruga fácilmente.
Pieles mixtas: se ve un brillo en la zona de la frente, nariz y mentón (zona T) y en las mejillas puede sentirse normal o incluso seca e irritada.
Pieles sensibles: puede ser seca, mixta o grasa y reacciona de manera exagerada a diferentes factores internos o externos, se siente ardida y tirante. Se enciende, se enrojece, se edematiza, se descama.
Pieles maduras: de textura áspera al tacto, menos elásticas y con pérdida de hidratación.Tienen arruguitas, líneas de expresión y pueden tener también manchas, el tono no es uniforme.

3) Los dos pasos que importan

“Si no te hacés una limpieza y usás un protector solar, casi que no tiene sentido que hagas todo el resto o te compres el mejor serum. Si aplicás un serum sin antes limpiar o de que tu piel esté en condiciones óptimas, no va a absorber bien.

La limpieza hay que hacerla a la mañana y a la noche. Depende de si uses maquillaje y tu tipo de piel; puedas hacer una limpieza de dos pasos con, por ejemplo, un producto a base de aceite y después un gel. El protector solar es clave y lo ideal es aplicarlo cada dos horas. Muchas veces estos ya cumplen la función de hidratar.

Con esos dos pasos te diría que estás. Como me gusta a mí: mejor aplicar una rutina simple y buena. Si te copás y después querés sumar más pasos, adelante. Pero limpieza y protección solar ya son suficientes para una piel sana”.

4) Lo que a mí me funciona por ahí a vos no

Recordad el lema de que no a todos nos funciona lo mismo y la obligación de consultar a profesionales antes de aplicar cualquier producto. Típico que una amiga me recomienda una crema para peeling que le re funcionó y me mando a probarla, a lo cual Vachu dice: “Por ahí terminás provocando una reacción, vas debilitando la barrera de protección que tiene tu piel y terminás cambiando de biotipo, y pasaste de tener una piel normal, a tener una piel sensible o con rosácea”.

5) No todo lo casero es eficiente

No todo lo que llamamos “natural” es bueno para todos. Algunas pieles son reactivas y por ahí lo que le hace bien a una, a otra no. En mis tratamientos siempre trato de que todo sea lo más natural posible, pero a veces hay que combinar con productos que contengan otros componentes. Lo mismo aplica para lo casero: por que sea hecho en casa no significa que sea bueno.

Por ejemplo, hay que tener cuidado con los exfoliantes caseros que pueden ser súper agresivos con la piel de la cara o con el limón que, mal aplicado con su ácido, puede hacerte daño. Uno casero que sí recomiendo: un vaporizador de té de manzanilla. Dejás infusionar el té de manzanilla un par de días en la heladera y con un vaporizador te rociás la cara, tipo bruma. Refresca, calma y descongestiona”.

6) Alimentate bien

“Hay una relación directa entre el intestino y la piel, tu alimentación se ve reflejada en la piel. Es un poco mito que, si comés chocolate, te va a dar acné, porque no es tan directo. Pero sí es cierto que, si el intestino está sano, la piel se va a ver más sana. No es el chocolate puntualmente, sino tu alimentación integral. Ahora incluso, se están popularizando los productos de cosmetología con probióticos”.

7) ¡No te seques con esa toalla!

“No te seques la cara con la misma toalla con la que te bañaste o con la que te secás las manos. Lo ideal es contar con una toalla chiquita exclusiva para la cara y cambiarla cada unos días. Las toallas pesadas y que están húmedas tienden a la proliferación de hongos y bacterias. Otro dato importantísimo: no arrastres la toalla por la cara porque puede lastimar, siempre es mejor apoyar con suaves golpecitos para secar”.

8) Dejá de dormir con el enemigo

 ¿Sabías que no solo hay solo ácaros en las fundas de las almohadas? El sebo de la cara que queda en las fundas puede desarrollar bacterias con las que entrás en contacto cada noche. Ideal si podés cambiar la funda cada dos días.

9) Lo perfecto es enemigo de lo bueno

“No hagas de tu rutina una cuestión de quirófano porque te desincentivás. Tiene que ser algo orgánico y que fluya de manera natural. Empezá con rutinas cortas y después, si te vas copando,  sumás más elementos”.

10) Viví bien

Vos sentite bien, trabajá en vos, dormí mejor, tratate de forma amorosa y eso se va a ver. La cara relajada es lo más lindo que hay. La mirada brillante de me dediqué un rato para mí… Eso es belleza, estar radiante sin tortura”.

Quizás el último sea el consejo más importante. ¡Gracias, Vachu, por compartir tus tips!

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