3 documentales que te van a romper la cabeza (perdón) (de nada)

¿El objetivo? Inspirarte para llevar un estilo de vida más natural. ¿El camino? Tortuoso.

¿Cuántas veces nos preguntamos qué podemos hacer para hacer del mundo un mundo mejor? Abruma, ¿no? ¿Qué mundo le vamos a dejar a nuestros hijos? ¿Cuál va a ser nuestro legado?

Y después aparece un meme, nos reímos, lo compartimos y… ¿en qué estaba pensando?

Un buen documental es ese que te rompe la cabeza, el que te deja pensando, el que te trae ideas que no se te habían ocurrido y te siembra dudas nuevas.

Para mí, un documental excelente es el que además te deja tarea. Acciones concretas, ideas concisas sobre qué podés hacer para hacer una diferencia. Sea cual fuera el tema. Sea cual fuera tu situación y los recursos que tenés disponibles. El que te informa sobre la verdad incómoda y además te da herramientas para lidiar con ella.

Hoy elegí 3 documentales para recomendarles que me gustaron mucho, que me dejaron pensando, que me dieron herramientas concretas para trabajar y que me dieron esperanza.

Espero que esta selección de Netflix te inspire para hacer cambios positivos en tu vida y que eso se refleje en el futuro de todos.

Mi gran pequeña granja

Cuenta la historia de los primeros años de una granja que nace con el objetivo de volver a la práctica de cultivo tradicional y así albergar diversidad (versus el sistema moderno de monocultivo).

La cuentan sus propios creadores, John y Molly, como una idea que nació en un departamento de dos ambientes y se transformó en una granja de más de 80 hectáreas.  

“La heredaron”, pensarás, estaban llenos de guita, supondrás… ¡Resulta que no! Lo único que John y Molly tenían era un sueño. Él era un camarógrafo y ella una chef, y ambos querían un cambio de vida.

Una iniciativa que surgió cuando rescataron a un perro que no podía quedarse solo en el departamento cuando ellos salían a trabajar, porque no podía parar de ladrar hasta que sus vecinos los invitaron a irse. Difícil, ¿no? Y a la vez resultó ser poético.

No tenían idea cómo lo iban a llevar a cabo, pero con la ayuda del boca en boca, finalmente consiguieron inversores. Tampoco eran granjeros, así que tuvieron que conseguirse un mentor. Un mentor que los condujo en un plan muy ambicioso: que la diversidad los llevara a la simplicidad.

¿Y lo más importante? Su curiosidad como guía y su voluntad como motor. ¡Estos señores no paraban de estudiar!

La estrategia siempre fue la misma: equilibrar las necesidades de la granja con las de la vida silvestre. Y sí que fue un desafío. Plagas, tierra infértil, muerte, accidentes, tropezones, depredadores… y, uf, podría seguir, pero mejor véanlo por ustedes mismos.

Quizás lo que más me gustó de este documental fueron lo inspiradoras que eran las conclusiones a las que fueron llegando y el camino que atravesaron. Sobre todo me cautivó la humildad con la que John y Molly encaraban a la naturaleza:

“Con cada problema que surgía, primero daba un paso al costado y lo observaba (…). La observación junto con la creatividad se han convertido en nuestras mejores aliadas”.

Me parece que es un aprendizaje que podemos llevarnos para muchos ámbitos de nuestra vida, y no solamente si nos proponemos hacer sustentable y rentable una granja de 80 hectáreas en California.

En el camino también aprendieron a ser pacientes. MUY pacientes.

“A veces desearía que no sea cierto pero esas pequeñas revelaciones que surgen del fracaso hacen de combustible para el motor de nuestro ecosistema; y si presto atención puedo usar ese combustible”.

Fracasando como campeones, ¡eso es lo que yo llamo inspiración!

El dilema de las redes sociales

Si el documental sobre el que te conté recién te mantenía siempre expectante de lo que iba a pasar, este te va a hacer querer apagarlo a cada rato. Es que es frustrante. Demoledor. Te hace sentir tan mal con vos mismo. Pero aguantá, los últimos 15 minutos son clave.

Seguro alguna vez reflexionaste sobre la influencia de las redes sociales en la sociedad. Bueno, sin ir más lejos, en tu propia vida. ¿Cuántas veces te esforzaste por desconectarte porque percibiste que era necesario? ¿Y cómo te sentiste?

Que venden datos, que te espían para venderte cosas, que te inventan necesidades… Sí, a todo sí, pero esa es solo la punta del iceberg; entender el modelo de negocios de las redes sociales es mucho más complejo.

La máxima es: “Si no pagás el producto, entonces vos sos el producto”.

Pero el documental va más allá y te plantea: “el producto es el cambio gradual e imperceptible que sufre tu conducta y tu percepción”. Como si el objetivo fuera cambiar lo que hacés, lo que pensás y, en definitiva, lo que sos.

Muchos piensan que venden nuestra data, pero lo que quieren vender son tus acciones futuras. Apuestan a que seas predecible para ofrecer un modelo de negocios seguro.

Y para responder a la lógica que defiende el modelo como una herramienta que nos mantiene conectados e informados, el documental plantea lo siguiente:

“Una herramienta, de forma genuina, está ahí y espera pacientemente. Si algo no es una herramienta te exige cosas, te seduce, te manipula, quiere cosas de vos. Pasamos de un entorno tecnológico basado en herramientas a un entorno basado en la adicción y manipulación”.

En pocas palabras se trata de una dinámica que, a través de su propuesta, su diseño y su concepto, usa tu propia psicología en tu contra.

Entonces, no  sorprende a nadie que el surgimiento de redes sociales esté asociado al aumento de depresión y trastornos de ansiedad, especialmente entre adolescentes y pre-adolescentes. Hay generaciones que se encuentran más vulnerables que otras y no es un dato menor que los creadores de todas estas plataformas mantengan a sus propios hijos completamente alejados de las redes sociales, ¿no?

Si, ya sé, te sentís horrible. Pero hay muchas pequeñas cosas que podés hacer para aportar tu granito de arena. Si no te querés ver el documental entero (aunque te lo recomiendo), mirá los últimos 15 minutos.

Ahora, qué curioso que este documental sea una producción original de Netflix, ¿no?

Guía headspace para la meditación

¿Y si para cambiar el mundo la respuesta es hacer NADA? 

Si bien este no es un documental sino una serie de 8 capítulos de 20 minutos que sirven de guía para iniciarte en la meditación, sí me parece que cumple la función de educar sobre sus beneficios. Y esa para mí es una información muy valiosa para todos como individuos y a la vez como integrantes de la sociedad en la que vivimos.

La miniserie te ofrece una variedad de técnicas y te explica cómo podés usarlas en situaciones específicas de tu vida.

Plantea la meditación como una herramienta para estar más presente y distraerte menos. Un medio que nos ayuda a conectarnos con otros. Y eso, si lo practicás, lo podrás ver reflejado en tu capacidad para el disfrute.

La técnica de concentrarse en la respiración evoluciona de técnicas desarrolladas hace casi 3000 años. Antes solo podían hablar de los beneficios percibidos pero no podían explicar los cambios fisiológicos. Hoy podemos medirlo.

Está comprobado que la meditación reduce el estrés, la frustración, el dolor y la depresión. Así como aumenta la felicidad, la paciencia, la aceptación y la compasión.

Creo que conectarnos con el presente es una manera de estar conectados con la naturaleza. Y que todas las emociones o atributos que la meditación puede ayudarnos a aumentar tienen que ver con nuestro estado natural. Ese que nos va a permitir conectarnos con nuestra tierra y hacerla un lugar mejor.

Pero como la mejor forma de experimentar la meditación es practicándola y no hablando de ella, te recomiendo estos 8 episodios que te van a guiar para que incluso si nunca lo hiciste puedas meditar.

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