Irse de viaje debería ser relajante. Pero en el momento en que estamos ultimando detalles, cerrando valijas y dejando todo listo para la partida definitivamente no es un momento de relax.
Pero además de ocuparnos de las COSAS, está el capítulo aparte de los seres vivos que dejamos atrás al salir del viaje. Sí, claro que hablo de tus mascotas, pero también de tus plantas.
Si alguna vez alguien te confió la tarea de que vayas a regar a su casa durante sus vacaciones sabes perfectamente que es UNA FIACA ABSOLUTA. Estoy segura de que no querés imponerle ese favor a nadie (a menos que te caiga un poco mal). Por eso, le imploramos a SofiaDeLasPlantas para que nos de una solución a este incómodo problema.
Te prometo que es más simple de lo que creés. Solo necesitás un poco de agua y un cordón de algodón. ¿Te animás?
Se trata de un sistema de riego capilar por un cordón. Para que el truco funcione, el cordón debe ser de algodón (evitá usar cordones de plástico).
Tenés que introducirlo en el recipiente lleno de agua hasta el fondo y enterrar el otro extremo del cordón 3 cm en la tierra. Lo importante es que el recipiente con agua esté colocado a mayor altura de la maceta que queramos regar.
Algunas aclaraciones importantes:
Lo ideal es que cada planta se quede en su lugar de siempre y reciba la misma luz de siempre. Evitá cambiarlas de lugar, pero si vas a agrupar las plantas de interior lo ideal es juntarlas en un lugar luminoso cerca de una ventana (¡no cierres las persianas al salir!)
La cantidad de agua dependerá de cuánto tiempo estés fuera de casa y de cuántas plantas pongas. Para que tengas una referencia, Sofía nos explicó que 1,5L de agua para 1 planta seguramente dure 1 mes.
Si cuando volvés notás que la tierra de tu planta no llegó a humedecerse por completo y que está sufriendo, ¡no la des por muerta! Podés recuperarla usando una técnica que se llama riego por inmersión. Intentá sumergirla en un balde con agua hasta que cubra toda la maceta. Dejala sumergida hasta que dejen de salir burbujas. Si se trata de macetas grandes, también podrías hacerlo en la bañadera.
¿Viste? Te dije que era más simple de lo que pensabas. ¿Te cambié la vida? ¡De nada!
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